Elisa Morán, CEO Fundadora LIDS Ecuador, habla de los retos que debe superar la actividad minera en Ecuador en su camino a la sostenibilidad. Reflexiona sobre el papel de la empresa, el estado y las comunidades, para incentivar el emprendimiento y la innovación del sector de la minería.

¿Cómo puede innovar la industria minera? ¿En qué áreas se aplicaría esa innovación?

La innovación en la industria minera cada día se va convirtiendo en un desafío que las empresas ya empiezan a registrar en sus presupuestos, pues constituye un esfuerzo por alcanzar la sostenibilidad y el alto rendimiento de los proyectos y por tanto desempeña un rol fundamental.

Así entonces la innovación minera está directamente relacionada con la tecnología y su investigación. El uso de tecnologías de vanguardia permite potenciar la productividad para satisfacer la demanda de minerales y ser eficientes en el descubrimiento y explotación de yacimientos, mejorar la seguridad de los trabajadores, proteger el medio ambiente y sobre todo hace más competitivas a las empresas.

Algo importante en la innovación minera es que permite la transferencia y la adaptación de tecnologías existentes y el desarrollo de nuevas para la solución de problemas directamente relacionados con extracción y procesamiento. Entre lo ejemplos más relevantes tenemos a Codelco – Chile; en la mina Gabriela Mistral en Antofagasta, ya hace uso de la minería telerobotizada, que es el uso de maquinaría robótica controlada a distancia, para el mejoramiento de los servicios de mantenimiento y en los camiones de transporte autónomos; así también las nuevas tecnologías digitales que permiten integrar y automatizar las operaciones mineras.

La relación empresa minera – comunidades, es quizás uno de los puntos más álgidos de la actividad ¿Cómo superar este reto?

Definitivamente alcanzar una relación óptima entre empresa y comunidades es un pilar importante para el desarrollo de un proyecto minero y efectivamente hoy en día constituye un tema álgido que necesariamente las empresas mineras, en su mayoría, lo han puesto entre sus objetivos prioritarios junto con la productividad y rentabilidad.

El reto está en la visión y acciones de cómo alcanzar esta relación, no se trata de imposiciones como antes solía pasar, se trata de entablar un proceso de diálogo transparente, que empieza con entender las necesidades de la comunidad. Lo más importante en estos procesos de acuerdo es que algo tendrán que ceder las partes convirtiéndose en compromisos importantes pero permanentes, que generan obligaciones y responsabilidades de doble vía, es decir todos hacen el esfuerzo por llevar adelante un proyecto que trae beneficios mutuos de desarrollo.

Mientras existan empresas que no pongan al componente social como un hito importante en la toma de decisiones, pondrán en riesgo permanente sus proyectos y en este contexto no es posible pretender o exigir que el Estado resuelva los conflictos, pues requiere el accionar y trabajo de la empresa y comunidades.

¿Hace falta un marco legal en Ecuador para incentivar el emprendimiento e innovación en minería?

Actualmente, Ecuador ya se encuentra en la etapa productiva de la actividad minera como también se encuentran de por medio acuerdos y pactos internacionales hacia el cambio climático y objetivos de carbono neutro, por tanto es fundamental generar normativa o regulaciones que generen incentivos para el emprendimiento y la innovación en la minería.

Es un sector altamente especializado y por tanto requiere un tratamiento específico. Además, es importante mencionar no solo la necesidad de incentivar a las empresas mineras sino a la Academia para que empiece a enfocar acciones hacia la innovación y esto permita fortalecer las capacidades de nuestros profesionales.

Desde su perspectiva ¿Cómo define a una minería con propósito?

Para mí, una minería con propósito es realizar y desarrollar una actividad minera coherente entre lo técnico, ambiental y social.

Propósito se refiere a la estrategia que permita generar el desarrollo de un yacimiento junto con el desarrollo y bienestar de una comunidad. Esto es lo que hará que la empresa tome decisiones inspiradas y guiadas en un propósito u objetivo social, al que yo lo llamo el valor compartido y que además pueda ser medible en el tiempo.