Por: Pablo Estrella, subgerente de sistemas Teojama Comercial S.A.

Al conocer que los datos personales identifican o hacen identificable a una persona natural directa o indirectamente, su protección resulta fundamental no solo en la vida cotidiana de la sociedad, sino
también como una responsabilidad empresarial que debe ser considerada como estratégica. El derecho a la privacidad no es un tema nuevo y el mismo se viene revisando desde 1890, año en el cual Warren y Brandeis publicaron en Harvard Law Review las bases doctrinales más influyentes de la literatura jurídica americana en esta materia.

En Europa, países como Francia y Alemania con su directiva 95/46/CE en 1970 comenzaron también a trabajar en un mecanismo para proteger el derecho a la vida privada y la Unión Europea se convirtió en el ejemplo a seguir a partir de esta directiva; sin embargo, solo fue hasta el 25 de mayo de 2018 cuando entra en aplicación el Reglamento de Protección de Datos (RGPD) que transforma no sólo la protección de datos personales a nivel global sino también que se trae cambios drásticos en la industria de la seguridad de la información con un alcance extraterritorial de toda institución pública y privada con un flujo automatizado.

A nivel del Ecuador, en mayo de este año se publicó la Ley Orgánica de Protección de Datos Personas (LOPDP) mediante registro oficial No. 459 y tiene por objeto la protección y ejercicio de protección de datos personales que son procesados en territorio ecuatoriano o cuyos titulares residan en el Ecuador.

Dentro de las consideraciones que contempla la LOPDP está la designación de un Responsable de Transferencia de Datos, el cual determinará la finalidad y el tratamiento de los datos personales de cada organización, y que tendrá entre sus funciones también el cumplimiento de códigos de conducta, la implementación de políticas de protección de datos, la utilización de metodologías de análisis y gestión de riesgos y la educación de niveles de seguridad
al tratamiento de los datos.

Adicionalmente, la LOPDP trae derechos para todos quienes hemos registrado nuestros datos personales en algún sistema de información digital. Estos derechos son muy importantes en la aplicación y uso de la ley, por lo cual resulta fundamental que como sociedad nos vayamos familiarizando tanto a nivel particular, empresarial y tecnológico acerca de los mismos.

En este punto surge una reflexión relacionada a temas de innovación y es que la innovación debe convivir con la protección de los datos, pues la falta de esta convivencia definitivamente genera problemas como los que hemos visto en el Ecuador y en otros países, por lo cual, es necesario que exista un equilibrio donde la innovación crezca, pero respetando la protección de los datos que se hace uso.

Aquí viene un siguiente concepto que cada vez será más común en nuestra vida y es el de Ética Digital, la cual es la “implicación de las tecnologías digitales en el escenario social, político y moral de la sociedad, siendo el mayor desafío el estudio de los riesgos incontrolables inherentes a la incertidumbre creada por estas tecnologías, así como a las cuestiones relativas al uso y apropiación”. Esta implicación a nivel empresarial tiene que generar la creación de una cultura y reglas para un manejo adecuado de los datos dentro de los desarrollos de innovación.

Es así como la responsabilidad empresarial al innovar se convierte en un pilar estratégico, el cual al ser asumido de esta manera reduce por un lado el riesgo ante posibles fugas la información y por otro lado también sobre los costos o multas que podrían generarse al no cumplir lo estipulado en la ley, sin considerar también el impacto a la reputación que se vería afectada ante cualquier incumplimiento.

Entonces la invitación es a tener un conocimiento claro de que datos están bajo la custodia de cada empresa, clasificarlos, etiquetarlos y valorarlos, para con esta línea base generar los controles y estructuras de gobierno de información necesarias para coordinar la innovación de la mano de la protección de los datos involucrados en la misma.
En resumen, es hora de unir esfuerzos como sociedad y como país para seguir impulsando la innovación, pero sin descuidar la protección de los datos que permitan garantizar una sociedad digital más segura.

Revisa nuestros posts en redes sociales y conoce más acerca de este tema con un clic aquí.